El déficit turístico de Argentina sigue profundizándose. En mayo, la cantidad de residentes que salieron del país fue más del doble que la de turistas extranjeros que ingresaron, reflejando el impacto de la apreciación cambiaria y el efecto de precios relativos en el comportamiento del turismo.

Según datos difundidos por el INDEC, durante el quinto mes del año, 1.314.700 argentinos viajaron al exterior, lo que representa un aumento del 45,8% respecto del mismo mes de 2024. En contraste, solo 592.300 extranjeros visitaron el país, una caída interanual del 14,2%.

Déficit en aumento

Este desbalance dejó como resultado un déficit turístico de 741.700 visitantes, contabilizando tanto turistas como excursionistas, y marcando un retroceso en los ingresos por turismo receptivo.

En detalle, se registraron:

• 437.400 turistas menos que ingresaron al país.
• 304.300 excursionistas menos, según la medición por todas las vías de acceso.

¿A dónde viajan los argentinos?

Del total de los viajeros argentinos al exterior:

• 752.800 fueron turistas (que pernoctaron fuera del país).
• 561.800 fueron excursionistas (viajes sin pernocte).

El 66,6% de los viajes tuvo como destino países limítrofes, y los más elegidos fueron:

• Chile: 21,9%
• Brasil: 19,8%
• Paraguay: 11,7%

En cuanto a los medios de transporte utilizados:

• 51% salió por vía aérea.
• 41,6% lo hizo por vía terrestre.
• 7,4% por vía fluvial o marítima.

Precios y dólar, detrás del fenómeno

Los especialistas coinciden en que la apreciación del peso frente al dólar, junto con la eliminación de impuestos y restricciones para comprar en el exterior, hizo que vacacionar o hacer compras fuera del país resulte más accesible que hacerlo en territorio nacional.

Esta tendencia, que ya se venía observando desde comienzos del año, se consolidó en mayo, impulsando el turismo emisivo y agravando el déficit del sector turístico.

Un desafío para el turismo receptivo

Mientras tanto, el turismo receptivo sufre una desaceleración. La caída del 14,2% en el ingreso de extranjeros refleja las dificultades para atraer visitantes internacionales en un contexto de tipo de cambio desfavorable.

El sector turístico, que durante años fue una fuente clave de ingreso de divisas, enfrenta el desafío de reconvertirse y volver a ser competitivo ante la nueva realidad macroeconómica.