La ganadería argentina recibe una invitación a cambiar de escala. En plena Exposición Rural de Palermo, el Gobierno Nacional lanzó una línea de créditos “en valor producto” con una premisa clara: facilitar la inversión, simplificar el acceso y reducir la incertidumbre.
El foco: que la base ganadera vuelva a crecer tras años de altibajos y restricciones.
Una lógica pensada para el campo
Lo novedoso no es solo el destino de los fondos —compra de vaquillonas, retención de terneras y capital de trabajo para alimentación— sino la forma en que los productores podrán devolver el préstamo: las cuotas se atan al precio del novillo y se pagan en pesos, pero según el valor real del kilo de carne al momento de abonar.
Así, el impacto de la inflación y la volatilidad del mercado se amortigua, y el productor gana previsibilidad.
Los créditos pueden ser de hasta $800 millones por empresa, con tasas preferenciales y plazos que, si el precio del novillo baja, se extienden automáticamente. Y si sube, la deuda se cancela más rápido. En un país acostumbrado a las sorpresas de la macroeconomía, la propuesta busca darle aire y certezas al negocio ganadero.
Menos regulaciones, más incentivos
La apuesta del Gobierno va más allá del financiamiento. En los últimos meses, se eliminaron los precios máximos, el peso mínimo de faena y varias trabas que limitaban la exportación de carne.
También se redujeron o eliminaron retenciones y se simplificaron registros y trámites. El mensaje es claro: menos Estado interviniendo y más libertad para decidir qué producir, cómo y a qué mercados vender.
Un llamado a invertir en genética y productividad
El nuevo crédito no solo apunta a aumentar el stock, sino a modernizar la base genética del rodeo y profesionalizar la producción. Es un guiño al mediano y largo plazo, en un sector que históricamente mira el futuro con recelo.
Para acceder, los requisitos incluyen ser MiPyME ganadera, tener registro sanitario vigente y demostrar al menos cinco años de trayectoria. Los interesados pueden iniciar el trámite en el stand del BICE en la Rural de Palermo, o por los canales habituales.
¿La ganadería responderá al desafío?
Con estas herramientas, el Gobierno intenta seducir a un sector que pide reglas de juego claras y menos intervencionismo.
La incógnita es si el nuevo esquema será suficiente para impulsar una recomposición ganadera sostenida, o si el clima de negocios necesitará aún más garantías para apostar fuerte.