Con la premisa de ofrecer un alimento saludable, nació Maple Verde, el emprendimiento de Fabián Ríos y Virginia Olivero, quienes impulsan este proyecto desde hace un año junto a los padres de Fabián, Andrés y Aida.
La idea comenzó a tomar forma en Ballesteros, donde la familia Ríos ya contaba con algunas gallinas para consumo personal.
“Vimos que había un potencial y dijimos: ¿por qué no hacer crecer esto y empezar a producir para comercializar?”, recordó Fabián.
“Tuvimos que aprender sobre la crianza de las gallinas y la manera en la que producen sus huevos. Además, realizamos algunas pruebas que nos impulsaron a llegar a donde estamos hoy”, mencionó.

Actualmente, Maple Verde comercializa sus huevos en Ballesteros, Villa María y Villa Nueva, principalmente a través del boca en boca.
“La gente se entera de nosotros, prueba nuestros productos y nos recomienda. El alcance de Maple Verde es cada vez más grande y estamos muy agradecidos”, afirmó Virginia.
Una diferencia que “no es casual”
La principal fortaleza de Maple Verde está en la calidad de sus huevos. “Nuestros clientes siempre nos dicen que la yema es más amarilla, más consistente, más espesa”, detalló Fabián y agregó: “La diferencia no es casual. Las gallinas son criadas en libertad, pastorean a cielo abierto y vuelven solas al gallinero por la noche, es decir, gozan de naturaleza para producir sus huevos”.
“Eso cambia todo. La libertad de la gallina repercute en el sabor y en la concentración de nutrientes”, afirmó Virginia.
En ese sentido, enumeró: “Nuestros huevos tienen más omega 3, más vitamina A, D y E, y menos colesterol malo. Es un alimento más natural y saludable.”
Asimismo, los emprendedores remarcaron que el compromiso va más allá de lo nutricional. “Es una actividad ética”, indicaron.
“Llegamos a un nicho de personas que no nos eligen tanto por el precio, sino por la calidad del producto y la forma de crianza. Son consumidores con una filosofía más consciente”, precisó Olivero.
Proyecto con potencial
Maple Verde cuenta con alrededor de 200 gallinas, aunque no todas producen al mismo ritmo debido a la cría en libertad.
“Podemos llegar a completar 18 maples semanales, y siempre tenemos más demanda de la que podemos cubrir”, señaló Fabián.

Ante este motivo, la familia proyecta ampliar la producción de huevos. De igual manera, buscan iniciarse en la crianza y comercialización de pollos de campo y diversificar las razas de gallinas ponedoras, incorporando araucanas y pininas.
La colaboración familiar es parte esencial del proyecto. “Todo lo hacemos a pulmón. Los papás de Fabián son los encargados del cuidado diario de los animales, son parte fundamental de Maple Verde y entre todos lo llevamos adelante”, destacó Virginia.
“Queremos seguir creciendo, con más gallinas, más variedades y ojalá que sea nuestra fuente principal de trabajo”, enfatizaron los emprendedores y concluyeron: “Brindamos un producto con gran aceptación en el mercado, lo que nos impulsa a seguir por más”.