En un contexto donde la sostenibilidad y la economía circular se posicionan como prioridades globales, Arinco puso en marcha Arbio, su flamante planta de tratamiento de residuos orgánicos a través de la tecnología de biodigestión.
Ubicada en Bell Ville, esta nueva unidad de negocio de Arinco, inaugurada hace un mes, ofrece una solución innovadora y rentable para industrias y agroindustrias que buscan reducir su impacto ambiental.
Este proyecto, que comenzó a gestarse en 2018 y se materializó en 2022, representa una apuesta significativa de la empresa por la generación de energía limpia y una solución para un gran abanico de industrias.
Gino Valentinis, gerente de la planta Arbio, contó que los residuos son descompuestos y generan biogás, el cual se utiliza para producir electricidad y venderla a la red.
“Contamos con dos biodigestores que nos permiten procesar los residuos y generar energía. El costo del tratamiento está subsidiado por la energía que producimos”, explicó Valentinis.
El modelo de negocio de Arbio es flexible y está diseñado para adaptarse a las necesidades de cada cliente.
“Cobramos a las empresas en función del tipo y cantidad de residuos que necesiten tratar. Si el residuo es altamente orgánico, no hay costo de tratamiento, pero si requiere un proceso más complejo, como en el caso de los residuos con mucha agua, aplicamos un costo adicional”, detalló Valentinis sobre el modelo de negocio.
Capacidad y proyección
Con una capacidad instalada para procesar entre 120 y 130 toneladas de residuos orgánicos por día, Arbio tiene un contrato que le permite vender hasta 1,2 megavatios por hora de energía eléctrica a la red.
“Alimentamos el biodigestor desde enero, y estamos generando energía desde hace un mes, y actualmente trabajamos con varias industrias, manteniendo un volumen de ingreso estable”, afirmó Valentinis.
La planta está preparada para recibir nuevos clientes, que son principalmente industrias con residuos orgánicos no peligrosos.
“Desde frigoríficos y fábricas de lácteos hasta pequeñas cervecerías artesanales, cualquier empresa que genere residuos orgánicos puede beneficiarse de nuestros servicios”, comentó Valentinis.
Aunque la planta está ubicada en Bell Ville, Arbio no tiene limitaciones geográficas para trabajar con empresas de otras regiones.
Compromiso con la Economía Circular
La misión de Arbio y Arinco está alineada con la visión de mitigar el impacto ambiental y reducir la contaminación en la zona.
Por eso, vale recordar la inversión que realizó Arinco para desarrollar el Hormigón Verde, único en su tipo en el país por su presencia de dióxido de carbono en la mezcla para reducir la huella de carbono.
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“Queremos que las empresas comprendan la importancia de tratar sus residuos de manera eficiente. Actualmente, algunas empresas optan por transportarlos a grandes distancias, mientras que otras los desechan o los procesan con métodos menos efectivos”, dijo Valentinis.
Concientización
Además de su labor industrial, Arbio también está comprometida con la educación y la concientización sobre la importancia del biogás y la generación de energía a partir de residuos.
Valentinis contó que firmaron convenios con escuelas para que los estudiantes realicen pasantías en la planta y conozcan el proceso.
“También invitamos a la comunidad a visitarnos y aprender sobre nuestro proceso”, destacó el gerente.
Como parte de estas iniciativas, Arbio ha instalado contenedores en escuelas locales para la recolección de aceite usado, promoviendo prácticas sostenibles desde la educación.