Desde hace algunos años, más la lista de empresas internacionales que decidieron dejar Argentina ya supera los 30 nombres.

¿Los motivos? Son varios, pero –a grandes rasgos- en todos los casos coinciden en que es consecuencia de:

• La falta de créditos en una economía inflacionaria.
• Las restricciones para operar en un mercado con cepo cambiario.
• Las limitaciones para prestarle al sector privado.
• Incertidumbre política y económica.
• Imposibilidad de girar divisas y hacerse con insumos importados.

En los últimos días, las dos compañías que anunciaron su desinversión en el país fueron OLX Autos y el banco brasilero Itaú.

En los últimos meses

En la primera parte de mayo, también habían decretado el fin de sus operaciones en el país el banco estadounidense Lazard (dedica al negocio de fusiones y adquisiciones) y la Universidad de Harvard (operaba en el negocio forestal a través de EVASA).

Abril trajo la salida de la catalana Grifols, enfocada en la producción de medicamentos plasmáticos, y de H.B. Fuller, compañía que decidió concentrar su producción en Brasil, Chile, Dinamarca y México.

También siguieron ese camino las canadienses Pan American Silver y Silver Standard Resources quienes pusieron fin al funcionamiento de su subsidiaria Minera Triton en Gobernador Gregores, Santa Cruz.

Lactalis, gigante lácteo francés que desembargó en el país en 2015, vendió su última planta argentina a un operador local en marzo.

Ese mismo mes la alemana Edding puso fin a su negocio productivo en el país; también la chilena Masisa y la italiana Enel, que se deshizo de la cuestionada Edesur.

En muchos casos, empresas argentinas deciden adquirir las operaciones de estas multinacionales; pero en otros se lamentan cierres y, como consecuencia, pérdida de puestos de trabajo.