Analía Barrionuevo tiene 36 años y su experiencia laboral indicaba que había sido empleada de comercio. “Siempre renegué”, describió. Hoy, si tuviera que reescribir su curriculum, la villamariense podría poner en mayúsculas: “Amo lo que hago”.
Hace dos años, en plena pandemia, decidió empezar a hacer algo que siempre le gustó, pero a lo que nunca le había podido dedicar demasiado tiempo, que era la restauración de muebles.
Se dio cuenta que mucha gente empezó a vender sus muebles antiguos y decidió comprar varios, trabajarlos en un galpón de su casa, y ponerlos a la venta. “No tuvo prácticamente repercusión, no fue fácil vender”, reconoció.
¿Cómo pasó de eso, a tener hoy una agenda ocupada para los próximos tres meses? Perseverancia.
Hoy se la conoce como Anita Vintage y recuerda que hubo dos situaciones que marcaron un crecimiento en su emprendimiento.
Por un lado, contó que en un momento se le dio la oportunidad de ocupar un local comercial donde al frente ofrece productos de “deco” y atrás tiene su taller, en Sabattini 67.
“Empezó a pasar gente, ver la vidriera, preguntar”, describió.
Pero, a esto se le suma también un momento particular: “Me empecé a hacer conocida cuando cirujié un mueble que estaba tirado, lo restauré, lo hice rack industrial y lo sortee para navidad. De ahí empecé a tener trabajo y no paré más”.
Desde allí, contó, tuvo un periodo en el que le encargaron la restauración de 62 muebles. “Dedicando entre 10 a 12 horas de trabajo por día”, resaltó la emprendedora.
Confesó que en ese momento “no podía creer que me empezaban a contactar, a consultar, a encargar trabajos”, y luego el boca en boca se encargó de posicionarla aún más.
“Hoy es a tiempo completo. Lo que era un hobby se convirtió en mi trabajo y amo lo que hago. Le dedico mucho tiempo y mucho amor”, enfatizó.
El proceso
Hoy sus clientes vienen incluso desde más allá de Villa María para encargarle la recuperación de muebles. “Hoy no puedo dar más turnos hasta fines de septiembre, gracias a Dios. Cada mueble tiene su tiempo”, explicó sobre el proceso que puede llevar entre una semana y 20 días.
En relación a como desarrolla su trabajo, subrayó que los clientes son partícipes de todo el proceso. “Se vienen, les muestro la terminación, qué le ponemos, y demás”, indicó y agregó que, además, ella visita el lugar en donde el mueble se va a colocar para poder determinar qué hacer.
También resaltó el hecho de que “cada vez más lo vintage está de moda” y enumeró varios motivos: “Es algo barato, sustentable y que perdura en el tiempo, por la calidad de la madera que tienen los muebles antiguos”.
“Hoy comprar un mueble antiguo es imposible. Mucha gente se dio cuenta de que tenía algo valioso en su casa en algún mueble. Está bueno entender que todo se puede reutilizar, es un granito de arena también, que no se tire, reciclar, darle una segunda vida a los muebles”, manifestó Analía.
La pasión por lo que hace salta a la vista cuándo se le pregunta qué es lo que más le gusta del proceso. “Pensar qué hacer, qué modificar, qué ir cambiando. Me encanta. Creo que todo es en base a amor”, señaló.
Transmitir
A la restauración de muebles y el negocio de decoración, que van de la mano, Anita Vintage quiere sumarle una propuesta más.
“Quiero dar talleres intensivos. Que la gente pueda venir con su mueble. Mucha gente me pregunta si enseño. Es mi sueño los sábados poder dar talleres para que la gente vea cómo se hace, el tiempo que lleva, la dedicación, que lo sientan”.
Para esto, adelantó, “tengo que hacer una inversión de herramientas” lo cual es algo que se le podría dar si las gestiones para un crédito para emprendedores llegan a buen puerto.