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Villa María |

jueves 25, abril 2024
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Padre e hija demuestran que emprender también puede ser un juego

Pablo y Micaela Koncurat aman los juegos de mesa y hacía mucho tiempo que querían hacer los suyos. El año pasado decidieron que era el momento indicado y crearon Colorido Juegos: Ya tienen dos títulos publicados y otros dos que están por salir a la luz. Venden por sus redes sociales y web y están en negociaciones con jugueterías.

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En la casa de la familia Koncurat, el juego está presente desde siempre. Y a ese amor por lo lúdico, padre e hija han comenzado a darle forma de emprendimiento: Bajo la marca Colorido Juegos crean juegos de mesa y didácticos.

Pablo (50) y Micaela (28) mostraron con orgullo una veintena de copias de “Dado Batalla” y “Granja Colorida”, los primeros productos que están en proceso de empezar a comercializar.

“Clic – El juego de fotos” está a punto de ver la luz, y antes de fin de año tendrán otra propuesta más lista para entrar a los hogares de quienes, como ellos, disfrutan de todo lo que significa sentarse a jugar entre familiares o amigos.

La primera pregunta cae por decantación. Es que, una cosa es amar el jugar y todo lo que esto implica, y otra es hacer los propios e intentar venderlos, trabajar en torno a esto y dedicarle tiempo más allá de sus trabajos: El de él, de abogado y martillero; el de ella, licenciada en psicopedagogía.

Ambos contaron que la idea estuvo siempre. Pero en 2019 asistieron al Encuentro Nacional de Juegos de Mesa que se hizo en Villa María y “salimos de ahí convencidos de que queríamos hacer esto”. El año pasado, al principio de la pandemia, dieron un primer paso y empezaron a hacer juegos didácticos en madera. 

A su vez, Micaela realizó una diplomatura en juegos de mesa y, para aprobarla, debía crear uno. Eso, terminó empujándolos a concretar lo que tanto habían pensado. “Y ahí empezó la búsqueda de cómo hacerlo, de organizar las ganas que teníamos para concretarlo”, repasó la joven.

Cuando decidieron hacerlo, las ideas que tenían eran muchas, pero eligieron comenzar con juegos para los más pequeños, a partir de los 5 años. El próximo a salir ya está apuntado a un público más grande.

De la idea al producto, y del producto al cliente

El proceso de materializar la idea no fue sencillo para esta familia de ajedrecistas. “Fue largo. Nosotros hicimos unos modelos previos, después buscamos diseñadores para llevar la idea al hecho. Luego mandamos a hacer toda la parte de impresión y nos encontramos con varias dificultades”, describió Pablo.

Concretamente, “todo el tema de fichas, dados, tableros, en el país es muy dificultoso cuando es personalizado y no hay quien los haga o, para la cantidad que nosotros podemos hacer, es difícil”.

Más allá de esto, entre Villa María, Córdoba y Buenos Aires encontraron los eslabones que les permiten hoy tener la primera tirada de 500 ejemplares en sus manos.

Ahora, el otro paso es venderlos. Si bien reconocieron que, por sus profesiones, no están acostumbrados a comercializar productos, encaran el desafío con entusiasmo.

Por un lado, todos sus juegos pueden comprarse mediante sus redes sociales o su página web. Pero, por otra parte, empezaron a contactarse con grandes jugueterías “y estamos ahí en proceso de intentar venderlos”.

“Es difícil entrar, pero entendemos que así es esta etapa, estamos intentando comunicarnos con las jugueterías”, puntualizaron y revelaron que, además, empezarán a asistir a ferias para poder mostrarlos.

¿A qué apuntan? “Nos gustaría que con el tiempo esto tome cuerpo y se transforme en un componente importante de trabajo. Que el tiempo que le invertimos a esto tenga una retribución. Por lo pronto es incipiente, vamos despacio. Con muchas cosas por probar”, indicó Pablo.

Es que, en realidad, ambos le están dedicando cada vez más tiempo, entre imprenta, diseño, pensar, jugar, testear… “La verdad que Colorido Juegos para nosotros es como un refugio, salir a un mundo de fantasías. Más allá del emprendimiento en sí y de la intención de vender juegos, para nosotros es una satisfacción”, resumió Micaela.

– ¿Cómo es emprender entre padre e hija?

-Micaela: “El juego para nosotros es algo muy importante, siempre estuvo en la familia y se dio solo, es muy fácil. Estamos un domingo a la tarde reunidos y ya se nos ocurren ideas. Estamos todo el tiempo pensando, testeando juegos, jugando, sale natural. Obviamente hay discusiones, pero nos encanta esto”.

Para empresas

Más allá de las propuestas que ya tienen, las que están por salir y de las que aún son un boceto, desde Colorido Juegos están ofreciendo un producto diferente e innovador apuntado a empresas.

“La idea es hacer juegos de mesa para empresas, ya sea con el desarrollo de uno especialmente para cada caso, o adaptando uno nuestro”, enfatizó Micaela.

Con esto, buscan poner a disposición una opción diferente “para que la empresa pueda fidelizar a los clientes de otra forma, porque no es lo mismo entregar un folleto a un juego que queda en la casa, se juega y se vuelve a jugar”, agregó Pablo.

Actualmente se encuentran llevando adelante un proyecto con una firma. “Va más allá de la publicidad en sí, desarrollar un juego de mesa en relación a la actividad a la que se dedica la empresa genera otro tipo de comunicación con el cliente, es otra forma de tener presencia”, ampliaron sobre la novedosa propuesta.

Catálogo

Granja Colorida: Un juego familiar pensado para los más pequeños (+5 años) en donde el objetivo es marcar todos los cuadrados de colores del tablero individual con las fichas marcadoras correspondiente.

Dado Batalla: Un juego familiar pensado para los más pequeños (+5 años) donde el objetivo principal es marcar todos los números de un contrincante con las fichas marcadoras lo antes posible. Quien lo haga primero, será el ganador de la partida.

Clic – El juego de las fotos: Es el próximo producto que Colorido Juegos está a punto de presentar y sacar a la venta.

“Buscamos darle el enfoque pedagógico, del aprendizaje, que no esté solamente centrado en los niños sino para todas las edades y la importancia de concebir el juego como un instrumento para aprender. Yo como psicopedagoga lo uso en el consultorio, termina siendo un juego didáctico para trabajar sobre un aprendizaje específico: el respetar los turnos, los colores… con los juegos de mesa uno trabaja un montón de cuestiones sociales, emocionales y cognitivas sin darse cuenta”, subrayó Micaela.

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