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Villa María |

lunes 29, abril 2024
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Un emprendimiento que reivindica la Siesta

Para Magali Depetris el descanso es un tiempo “necesario y vital”, por lo que creó almohaditas terapéuticas que acompañan ese momento del día. Rellenas de flores de lavanda, hojas de eucalipto y granos de arroz, son realizadas de manera artesanal y brindan distintos beneficios de alivio para quienes las utilizan.

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Desde el deseo y la necesidad de hacerle regalos a sus amigas nació Siesta, un proyecto en Villa María con el que Magali Depetris reivindica el descanso como un tiempo “necesario y vital”.

Se trata de una iniciativa que promueve el uso de almohaditas terapéuticas realizadas de manera artesanal y que brindan distintos beneficios de alivio, acompañamiento y sanación.

La joven contó que conoció las almohaditas de la mano de su mamá: “Ella nos hizo almohaditas a mi hermano y a mí y me parecían una linda idea para regalar”.

Por aquel entonces, en el año 2019, la profesora de teatro y community manager no sabía coser pero eso no fue un impedimento.

Un emprendimiento que reivindica la Siesta
El producto artesanal que realiza Magalí tiene múltiples aplicaciones y beneficios.

“Mi abuela y mi mamá me enseñaron y cuando me quise dar cuenta, además de hacer regalos, comencé a realizar almohaditas a pedido. Muchos amigos querían una y fue así como comencé a dedicarme a esto”, recordó.

Las almohaditas de Siesta están realizadas en lienzo de algodón y contienen flores de lavanda, hojas de eucalipto y granos de arroz.

Pueden utilizarse en frío o con calor y alivian dolores, calman y acompañan el descanso.

En ese sentido, Depetris destacó que la producción de las almohaditas es totalmente artesanal.

“Desde la cosecha de lavanda, que la realizamos en Hernando, en las casas de mi mamá y mi abuela y conlleva lo que para mí es toda una mística. Después, al eucalipto lo obtengo a partir de la recolección en una florería local, que para ellos es desecho porque son partes que no utilizan”, mencionó Magali, que también estudió Comunicación Social.

A su vez, agregó: “Usualmente utilizo el mismo relleno, pero he realizado almohaditas de manzanilla o con pétalos de rosas. Siempre trato de cosechar yo misma la materia prima o darles una segunda oportunidad, en caso de que vayan a ser desechos”.

Un emprendimiento que reivindica la Siesta
Magalí adelantó que le gustaría generar conexiones con hoteles, centros de spa o espacios de yoga donde introducir sus productos (foto: Florencia Cigliutti).

Diferentes funciones según cada necesidad

Magali destacó que las almohaditas son terapéuticas “no solamente por la parte aromática sino también porque son térmicas”.

“Sirven para aliviar migrañas, cólicos de lactantes, dolores menstruales, son analgésicos naturales”, precisó.

También remarcó que “es un objeto que utilizan mucho para la meditación y la práctica de yoga”.

“Voy aprendiendo un montón de la gente que me va pidiendo, cuando empecé hacía almohaditas de un tamaño particular y hoy por hoy ya hay siete tipos de almohaditas que fui realizando ante la necesidad de las personas”, dijo.

Depetris destacó la sustentabilidad y duración del producto. Es por eso que decidió hacerlas con fundas y, de esta manera, garantizar un mínimo de un año de durabilidad con el perfume intacto y cumpliendo su función.

Una lógica de mercado diferente

Al hablar de la sustentabilidad de los productos, la joven expresó: “Creo que cambié mucho mi lógica de consumo desde que me volví una artesana, porque entender el tiempo que lleva un producto y cada detalle que involucra hace que yo ahora cuando voy a la compra de algo, especialmente en el rubro textil, me fije en montón de cosas que quizás antes para mí no eran importantes”.

En ese marco, relató: “Creo que cada persona de mi público valora mucho eso. Hay un vínculo que trasciende la compra de las almohaditas, sino que después me cuentan para qué las usan, me dan ideas e incluso se vuelven intermediarios para que Siesta sea conocido en más espacios”.

“La gente se involucra y se vuelve un modo muy orgánico de participar del proyecto”, dijo Magali.

Destacó también la relación con otros artesanos ya que “en las ferias, por ejemplo, es muy difícil que te vayas sin más información, siempre se comparten nuevos conocimientos y experiencias que son de mucha ayuda”.

Asimismo, apuntó: “La lógica del mercado es muy diferente porque estamos hablando de productos artesanales y de trabajo artesanal”.

“Siesta es un concepto y creo que el día de mañana tranquilamente puede incluir pijamas, pantuflas y otros productos que se vinculen con la idea de recuperar el tiempo de descanso y de ocio como casi lo más valioso”.<span class="su-quote-cite">Magali Depetris</span>

Artesana y costurera

Tras consultarle por su vocación de artesana, Depetris comentó: “Me pasó que preparé a chicos del secundario para rendir una materia donde estudiaban la revolución industrial y lo que les había pasado a los artesanos y artesanas, a los campesinos y campesinas, de ser enajenados y ya no tener participación completa en la producción de lo que hacían. Eso es algo que siempre me quedó marcado desde que lo estudié en la secundaria, y también en la universidad y me parece que fue de la mano con eso el darme cuenta de que era artesana”.

Sin embargo, la joven indicó: “Honestamente, creo que me di cuenta del todo que soy una artesana recién el año pasado en el Festival de Peñas, porque es difícil ser artesano en esa feria”.

Un emprendimiento que reivindica la Siesta
“Sirven para aliviar migrañas, cólicos de lactantes, dolores menstruales, son analgésicos naturales”, precisó Magalí (foto: Florencia Cigliutti).

“Hay que sostener muchas horas, dialogar con mucha gente y responder muchas preguntas. Algunos días no vendes nada, otros días vendes un montón y hablando con artesanos y artesanas me di cuenta que esto es un modo de vida, no solamente un trabajo”, resaltó.

Por otra parte, además de ser artesana, Magalí destacó otra vocación que comparte con un miembro de su familia.

“Fue muy loco, pero sin darme cuenta también me volví una costurera al igual que mi abuela. Ella trabajó mucho tiempo como costurera y fue quien me enseñó y me ayudó a dar mis primeros pasos”, contó.

“Fue así que aprendí a coser en una Singer a pedal y detrás de todo ese proceso creo que hay una mística muy linda que hoy puedo honrar con mucho orgullo”, afirmó.

Trabajar con más artesanos y entidades

Al hacer referencia al futuro de Siesta, Magali mencionó que le gustaría conformar un equipo con otros artesanos y artesanas que mantengan la filosofía del proyecto.

“Me veo ampliando el concepto de Siesta y que pueda entrar en el mercado desde otros productos, innovando con ideas que respondan al descanso y al ocio como tiempo de lo más importante”, precisó.

Entre otras cosas, las almohaditas contienen contienen flores de lavanda, hojas de eucalipto y granos de arroz.

“También apuntó a trabajar en conexión con hoteles, centros de spa y espacios de yoga, pero siempre entendiendo la dinámica de trabajo, destacando la producción artesanal y los tiempos que conlleva”, sentenció.

Por último, Depetris resaltó la importancia de no perder el vínculo con su comunidad.

“Amigos, familiares, amigos de amigos, otros feriantes, otros artesanos y artesanas. Creo que un poco por el contenido que realizo en mis redes sociales y otro por el producto, hemos podido crear un vínculo muy afectivo, amoroso y que permite un espacio donde la gente me pueda contar su historia y experiencias, algo que es muy importante para mí y quiero cuidar siempre”, concluyó.

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