En Villa María faltaba un espacio dedicado exclusivamente a los básicos.
Custore vino a ocupar ese lugar con una propuesta clara: ropa simple, cómoda y atemporal, disponible todo el año, bajo un modelo de franquicia que sigue creciendo en distintas ciudades del país.
La marca de indumentaria desembarcó en la ciudad con un local ubicado en Bv. Sarmiento 921, de la mano de los emprendedores Fernando Barrera y Julia Guirardelli, quienes decidieron apostar por este modelo de negocio que, según explican, “ocupa un espacio vacío entre las propuestas que hay”.

Básicos de calidad, todo el año
El diferencial de Custore está en ofrecer una línea completa de básicos de calidad, sin depender de modas estacionales.
El local ofrece remeras, buzos, joggers, bermudas, mallas, boxers y medias, con stock disponible durante todo el año.
“Hay negocios que tienen algunos básicos, pero no están exclusivamente dedicado a eso. Acá encontrás variedad de modelos, colores y talles, con la tranquilidad de saber que siempre hay stock y que no le errás a la compra”, detalló Barrera.
La apertura se concretó el pasado 2 de junio, en un contexto económico donde muchos optan por parar la pelota. “Venimos atravesando distintas crisis, incluso la pandemia. A pesar de las dificultades, decidimos avanzar. Es un desafío constante, pero confiamos en la propuesta”, afirmó.

Una marca con raíces locales
Si bien Custore nació en Córdoba capital en 2018 como un proyecto digital, su historia está profundamente vinculada a Villa María, ya que su fundador, Pablo Custo, es oriundo de la ciudad.
Hoy la marca se encuentra en un plan de expansión. Cuenta con locales propios en Córdoba Capital, y franquicias en distintos shoppings y provincias, como Santa Fe, Misiones y Neuquén.
“Conocimos la marca como clientes, nos interesó la propuesta, nos sentimos identificados con el concepto simple y minimalista”, explicó Barrera.

Un negocio sustentable y en contacto permanente
Además de su propuesta simple, Custore incorpora prácticas sustentables: no utiliza bolsas plásticas y reduce el packaging al mínimo, cuidando su impacto ambiental.
El vínculo con la marca también fue clave para los franquiciados. “Tenemos contacto diario con la marca y con otros franquiciados. Se generan espacios de intercambio donde todos aportan ideas, sugerencias y mejoras. Es un trabajo muy colaborativo”, contó Barrera.