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Villa María |

viernes 04, octubre 2024
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De tambero a industrial: La inspiradora historia detrás de Lácteos Premium

Jorge Ali es hoy propietario de una pyme familiar ubicada en Villa Nueva cuyos quesos se venden en todo el país y han recibido múltiples premios. Nacido en el seno de una familia de tambo, fue empleado hasta que eligió emprender.

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Jorge Ali pasó prácticamente toda su vida ligado a la industria láctea. Hijo de productor tambero, comenzó trabajando allí, dividiendo su tiempo entre vacas y la escuela. Hoy, está al frente de Lácteos Premium, su propia fábrica, la que cuenta con varios de sus quesos premiados a nivel provincial.

¿Qué pasó en el medio? Muchos años, mucho esfuerzo, muchos empleos, y su mensaje es claro e inspirador: “Cuando se quiere, se puede. No es un camino de rosas, es un trecho con sinsabores, palos en la rueda, pero el mensaje siempre es que, mirando para adelante, con voluntad y trabajo, todo se puede”.

En la planta ubicada en Villa Nueva, camino a La Herradura, hoy procesan 60 mil litros de leche y elaboran bajo la marca “Estilo Artesanal” Gruyere, Reggianito, Monprem, Raclette, Fynbo Suave, Gruyerito, Morbier, Pategras, Queso Azul, Criollo, Holanda Premium, Sardo, Golden, Marbled, Patagonia y dulce de leche.

Desde allí, Jorge hizo un repaso sobre el camino recorrido que lo depositó donde está hoy: Dirigiendo una empresa familiar que se puso como objetivo en este 2022 vender sus productos en Brasil, Chile y Paraguay.

Fruto de la experiencia

“Nací en un tambo, en la zona de Jovita. Trabajé ahí hasta que terminé la secundaria y me fui a Buenos Aires. Conocí gente de una importante empresa láctea y en 1977 empecé a trabajar ahí, como inspector de tambo. Estuve 22 años en esa empresa, terminé como gerente de zona”, recordó el empresario de 70 años.

Tras esa experiencia, a Ali lo contrató una importante cooperativa de Santa Fe para liderar un proyecto. Estuvo tres años y se marchó a otra industria quesera, donde pasó también otros tantos años.

“Pero siempre tenía en mente hacer algo mío, formar una empresa, utilizar todo lo que había visto y aprendido en tantos años”, reconoció.

La primera experiencia en ese sentido la tendría junto a un grupo de productores tamberos “con quienes empezamos a secar leche”. “Fueron cuatro años y tras esto se me ocurre la idea de iniciarme en la actividad que actualmente transitamos, porque yo veía que mis hijos estaban compenetrados también en lo que yo hacía”, contó.

Ese respaldo familiar, más el empuje emprendedor de Jorge, llevó a la familia Ali a tomar la decisión de apostar por su proyecto propio. “Indagamos en el mercado para ver qué queso faltaba, porque yo no quería hacer un queso común, sino que apostaba a un nicho que es el queso con ojos”, relató.

Así es que, elegido los productos que querían elaborar, salieron en búsqueda del lugar: “Decidimos que íbamos a probar y alquilamos una fábrica en Arroyo Cabral, que tenía toda su historia, y empezamos”.

Fue hace 14 años que, de esa forma, Jorge lograba concretar un circulo virtuoso en la industria láctea que lo había llevado de ser peón en un tambo a tener su propia industria.

Arrancaron con 2000 litros de leche y elaborando quesos franceses. Con el tiempo, fueron incorporando otras variedades, haciendo una lectura de lo que en el mercado había y faltaba.

La fábrica está ubicada en Villa Nueva, camino a La Herradura.

“No había quesos con ojos. ¿Por qué? Con los años nos dimos cuenta que es muy especial, el más difícil técnicamente para elaborar, pero nos gustó el desafío”, relató quien a los 50 años se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba de Licenciado en Gestión Gerencial.

Pasados unos cincos años desde aquel inicio, comenzaron a notar que los consumidores aprobaban sus productos, a punto tal que la demanda los estaba superando.

“Ahí empezamos a pensar en la idea de tener nuestra propia planta”, enfatizó Jorge sobre lo que en su momento era un sueño y desde hace tres años es una realidad.

Explicó que “acá utilizamos la experiencia que tuvimos como empleados, razonamos sobre los errores que veíamos en otros lados y tratamos de no cometerlos al darle forma a nuestra planta”.

“Pero siempre tenía en mente hacer algo mío, formar una empresa, utilizar todo lo que había visto y aprendido en tantos años”, reconoció.

Jorge está acompañado en Lácteos Premium por su familia y no duda en confiar que, 14 años después de aquella idea que se convirtió en realidad, “lo hemos logrado”. El volumen de producción, las ventas, el consumidor y los premios recibidos, le dan la razón.

Presente y futuro

Los objetivos de Lácteos Premium están claros. A corto plazo, exportar. “Nos pusimos como desafío hacerlo antes de fin de año”, confirmó Ali.

A mediano plazo, seguir creciendo: “La capacidad de nuestra planta es de más de 200 mil litros. Tenemos capacidad ociosa hoy y esperamos llegar a un 70, 80% en los próximos cinco años”.

Además, la fábrica es ejemplo en materia ambiental, puesto que tiene su propia planta de tratamiento de efluentes. “Somos la única pyme en Córdoba que todo lo que genera es tratado”, aseguró.

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