Octubre del 2001. El país en punto de ebullición. Una familia observó una oportunidad en medio del caos: “Cajas fuertes. Hay que hacer cajas fuertes”.
Dos meses después, en diciembre de aquel año, nació PMG, empresa que desde entonces fabrica y vende estos y otros productos hacia todo el país.
“Plena crisis financiera, la gente evitó poner plata en bancos, y vimos una demanda inusitada de cajas fuertes”, resumió Pablo Minuet, titular de la firma que el año pasado cumplió 20 años.
No pasó demasiado tiempo para que lograran posicionarse en el mercado nacional, e incluso llegaron a exportar.
Más de 100 productos se desarrollan en su taller de Constancio Vigil 1758, en Villa María: Cajas fuertes, de seguridad, y contra incendios para hogares, comercios e industrias, entre otras cosas.
También, contó Pablo, “hemos hecho, y hay muchos proyectos, de cajas de seguridad privada para alquiler”. Por ejemplo, han sido los encargados de desarrollar las de AERCA o las que inauguró hace poco la Cooperativa de Tío Pujio.
Alta demanda
Actualmente, confiaron, tienen “una importante demanda de cajas fuertes”. Poseen una red de más de 90 distribuidores que les permite llegar cada punto de Argentina.
“Fuimos mejorando diseños y adaptándonos a las necesidades del mercado. Hoy, por ejemplo, la plata abulta mucho y vale poco, entonces hay cajas que quedan chicas o hay lugares que recaudan dinero en efectivo que tienen que tener dónde guardarla”, puntualizó Minuet.
Primera calidad
Pablo no tiene dudas en definir que en PMG “no hacemos un producto sumamente económico, sino que hacemos cajas fuertes de máxima calidad”.
Existe una reglamentación del Banco Central de la República Argentina que establece los parámetros mínimos y características que se deben tener en cuenta para la fabricación de este tipo de productos.
La empresa familiar, desde sus inicios, se planteó diferenciarse con un producto de suma calidad, como las que se exigen para un banco, pero para empresas y particulares.
“Respetamos todas las exigencias, como las cerraduras que son homologadas por el Banco Central, traídas de Estados Unidos, con 2 años de garantía”, describió.
Entre las características de sus cajas fuertes, se destacan las cerraduras de doble vuelta y doble paleta de 8 placas, pasadores macizos, sistemas de doble pared o el relleno con un material resistente a cualquier elemento cortante como mecha o soplete.
Salvo el plegado de las chapas, todo el proceso lo realizan las cinco personas que trabajan en esta empresa familiar, y demanda unos 30 días de fabricación, dependiendo el modelo.
A la vez, otro de los argumentos de su competitividad, es el servicio post venta que ofrecen. “A través de una red de cerrajeros que armamos en todo el país, nos comprometemos a que, en el lapso de 24 horas, estamos dando una solución a cualquier tipo de problema”, cerró.