En Los Amigos no negocian la calidad y su impronta artesanal.
Saben que industrializar sus procesos podría permitirles incrementar los volúmenes de producción y, así, abarcar más mercado.
Sin embargo, esta empresa familiar de Villa Nueva hace más de 20 años que elabora mermeladas con el noble distintivo de ofrecer el sabor de un producto casero y natural, sin agregados ni conservantes.
Si bien la firma tiene más de 40 años de existencia, la familia Morales se hizo cargo de la empresa cuando Jorge se jubiló.
El mendocino, acostumbrado a elaborar mermeladas para comer en casa, consideró que tenía los conocimientos necesarios para repuntar una firma que venía alicaída.
Y lo logró. No solo consiguió perdurar, también abrir paso a la segunda y tercera generación.
Hoy ofrecen 10 variedades de mermeladas y sumaron conservas como pickles, ajíes, cebollitas; escabeches de verduras y salsas de tomate.
La calidad sobre todo
Víctor, hijo de Jorge, abrió las puertas de la fábrica ubicada en Comercio 725, en Villa Nueva.
“Este es un emprendimiento familiar orientado a la producción de algo genuino. Sin irnos a la masividad, manteniendo la esencia de lo artesanal”, destacó.
El gran diferenciador que tienen sus productos, insistió, es la calidad. Y eso lo consiguen produciendo de forma tradicional y en el momento adecuado de recolección de cada ingrediente.
“Nuestros productos están orientados a un nicho de gente que con cierto poder adquisitivo. Porque, comparándolos con cualquiera de las industriales, es más caro. Pero la calidad es totalmente distinta”, argumentó.
Desde Los Amigos reconocen que, probablemente, están yendo “en la dirección contraria del camino que toma esta industria”, ya que “hoy la mayoría de los productos son cada vez más procesados y sintéticos”.
“Nosotros estamos en contra de industrializar a cualquier costo. Es decir, queremos producir y vender más cantidad, pero manteniendo la esencia artesanal siempre”, planteó Víctor, que además de trabajar con su padre, lo hace junto a su hijo y sobrino.
Sus productos se venden en Villa María, Villa Nueva y localidades de la región, alcanzando incluso ciudades como Río Cuarto y Marcos Juárez.
También abastecen a decenas de bares y restaurantes.
Objetivo: Nuevos mercados
Entre los objetivos que se plantearon a mediano plazo está, justamente, “ampliar el mercado”.
“Es necesario ir buscando nuevos horizontes. Es un desafío ir creciendo en mercado y en producción, pero hace falta aprendizaje para hacerlo correctamente”, confió Víctor.
También, analizó que “entendemos nuestros productos no son de primera necesidad, entonces hay que batallar bastante en este contexto”.
“Hemos tenido pedidos de otras zonas que quieren nuestro producto. Pero las habilitaciones son todo un tema. Y todo demanda dinero”, explicó sobre una de las trabas a superar.
“Muchos trámites que requieren de inversión, es lo que a veces pone un freno al pequeño productor. Son muchas pautas, que hasta llegan a ser prohibitivas para una empresa familiar a la que no le interesa bajar la calidad de sus productos para abaratar costos”, cerró.