El 92% de los emprendimientos que pasaron por una incubadora en Córdoba continúa en actividad. Además, el 83% logró superar la fase de idea inicial y avanzar hacia instancias de validación, prototipado o desarrollo comercial.
Los datos surgen del informe “Medición de Impacto de las Incubadoras de Emprendimientos en la Provincia de Córdoba”, elaborado por el IERAL de Fundación Mediterránea junto a la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.
El estudio ofrece una visión integral sobre el ecosistema de incubación local y confirma que los programas de acompañamiento cumplen un rol clave en las etapas tempranas de los proyectos.
Sin embargo, también advierte una tasa de deserción considerable: solo el 37% de los emprendimientos logra completar todo el proceso de incubación.
Entre los obstáculos identificados figuran la falta de acompañamiento post-programa, la débil vinculación con fondos de inversión y la necesidad de mejorar el seguimiento a los proyectos egresados.
Aun así, los emprendedores valoran el acceso a mentores, capacitaciones y redes como pilares para crecer.
“Los emprendedores valoran estas herramientas, que los ayudan a progresar y crecer. Hay un camino sólido de política pública para continuar y profundizar”, expresó Marcos Cohen Arazi, economista del IERAL y coordinador técnico del estudio.
Un ecosistema activo y con base universitaria
El relevamiento identificó 24 incubadoras en toda la provincia, de las cuales 16 estuvieron activas en 2024.
Más del 60% se concentra en la ciudad de Córdoba y el 44% tiene vinculación directa con universidades. En promedio, cada incubadora recibió 41 postulaciones y trabajó con 17 proyectos durante el año.
La mayoría de las incubadoras funciona con estructuras reducidas —unas 2,2 personas a tiempo completo— y pocas operan con verticales estratégicas definidas (solo el 40%). Sin embargo, se observa una tendencia creciente a articular con sectores productivos, académicos y sociales.
Fortalecer para proyectar
El informe no solo mide impacto, sino que también propone un camino de mejora: sistematizar metodologías, crear métricas comunes, fortalecer la relación con inversores y establecer mecanismos de seguimiento a largo plazo. También se destaca la necesidad de mejorar la articulación entre incubadoras, gobiernos locales y universidades.
Comparaciones con ecosistemas internacionales como San Francisco, Tel Aviv o Bogotá permiten dimensionar los avances de Córdoba y sus oportunidades de crecimiento para posicionarse como un nodo de referencia a nivel nacional e incluso internacional.
“Desde la Agencia llevamos más de siete años fortaleciendo a las incubadoras, y este informe nos permite tomar decisiones basadas en evidencia para hacerlas aún más efectivas”, señaló Gonzalo Valenci, director ejecutivo de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.