Aunque las exportaciones argentinas alcanzaron un nuevo récord en cantidades durante el primer trimestre de 2025, la buena noticia viene acompañada de una señal de alerta: la canasta exportadora está cada vez más concentrada en productos primarios, en detrimento de aquellos con mayor valor agregado.
Así lo advirtió el último informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Según el estudio, las cantidades exportadas superaron en un 3% al pico anterior de 2008, impulsadas principalmente por productos primarios (+30%) y combustibles (+26%).
Sin embargo, las manufacturas de origen industrial (MOI) se desplomaron casi un 20% en estos 17 años, reflejando una pérdida sostenida de protagonismo de los sectores más sofisticados de la economía argentina.
La investigación, coordinada por el economista Federico Bernini, pone el foco en la falta de diversificación de la canasta exportadora, lo que limita el desarrollo a largo plazo. “Este estancamiento refleja el proceso de primarización que vive el país y reduce las posibilidades de generar derrames de conocimiento e innovación productiva”, advierte el informe.
El análisis del IIEP va más allá de la tradicional clasificación por origen de los bienes y evalúa el grado de diferenciación de las exportaciones, considerando atributos como el diseño, la marca o la confiabilidad.
En esa línea, los bienes diferenciados crecieron apenas un 4% interanual en el primer trimestre de 2025, pero aún se ubican por debajo de los niveles de 2023. La mejora fue explicada principalmente por productos farmacéuticos y cortes cárnicos adaptados al consumidor final.
En contraste, los bienes no diferenciados –mayoritariamente commodities– crecieron un 6%, apuntalados por el litio, el petróleo, los cereales y los derivados de soja. En este grupo, sin embargo, hubo caídas relevantes en carne y pesca, lo que moderó el crecimiento total.
Para Bernini, si bien la estabilización macroeconómica, la recuperación del crédito y la agilización del comercio son señales positivas, hace falta un Estado más activo en políticas de promoción de calidad, diseño y formación laboral.
“No se trata de elegir sectores ganadores, sino de fomentar condiciones que permitan que los bienes diferenciados acompañen el crecimiento de los primarios”, señaló.
El avance de sectores como Vaca Muerta y la minería seguirán empujando la primarización. Por eso, el desafío está en lograr que las exportaciones industriales y diferenciadas no solo no retrocedan, sino que se integren a una estrategia de desarrollo a largo plazo.