Para mucha gente, el momento de decidir qué comer, es un problema. Qué sea rico, que sea saludable, que sea por un precio accesible, que sea rápido, que no demande demasiado despliegue en la cocina… son algunas de las características que muchos exigirían del “tramite” de alimentarse.
Todas esas virtudes, son las que intentan agrupar en una marca tres jóvenes emprendedores. Diamela Tavella, Julio Solá y Joaquín Ingaramo lanzaron recientemente Casa Appert, una novedosa propuesta gastronómica mediante la cual ofrecen alimentos cocinados, envasados al vacío y congelados.
Este modelo de negocios es novedoso en la ciudad, pero ya está bastante instalado en otras latitudes, puesto que una de las ventajas es que estos procesos extienden considerablemente la vida útil de los alimentos, por lo que una porción puede conservarse por alrededor de 90 días en el frízer.
El emprendimiento fue puesto en marcha en julio y rápidamente lograron encontrar el nicho: Por ejemplo, actualmente están comercializando a razón de 200 tartas individuales por semana (a eso hay que sumarle las pizas) y ya tienen presencia en cinco puntos de venta.
Una opción distinta
Julio, de 32 años, es un abogado que, desencantado con esa profesión, comenzó a estudiar chef y a pensar de qué forma concretar el anhelo de emprender en el rubro gastronómico.
Diamela (31), su novia, es psicopedagoga, y estaba convencida de que, si hacían algo, tenía que ser de forma profesional y diferente.
Se acercaron a un amigo, Joaquín (27), que ya estaba en el palo gastronómico, ya que es propietario del bar Sr. Thompson, pero que funciona durante la temporada de verano, por lo que contaba con una cocina equipada y habilitada.
Entre los tres, buscaron de qué forma iniciarse en la gastronomía, pero con la premisa de “no ser esclavos de la cocina”. Así es que decidieron hacer la inversión para adquirir el equipamiento que les permite realizar el envasado al vacío y desarrollar un proyecto donde pueden planificar y manejar sus horarios.
En marzo de este año comenzaron con las pruebas y unos meses después largaron sus primeros productos al público: Tartas individuales (tradicionales e integrales) y pizas.
“Lo que queremos es brindar practicidad con algo rico, saludable, que no tiene aditivos ni conservantes. A mucha gente no le gusta cocinar y tener esto en el frízer es una solución. Lo sacás del envase, lo metés en el horno y en un ratito está como recién cocinado”, enfatizó Diamela.
Es mucha la gente en la ciudad que compra viandas. Por ello, no querían ser una opción más de las que ya existe. En ese sentido, Julio destacó que “esto te permite hacer un pedido un lugar y tener comida para varios días de la semana, sin necesidad de pasar a buscarla o coordinar con el cadete, porque nosotros te lo enviamos”.
Los jóvenes emprendedores revelaron que tienen clientes que hacen pedidos de entre 10 a 20 unidades. “Estamos sorprendidos para bien, sabemos que tenemos un buen producto y que íbamos a poder instalarlo, pero no pensamos que las ventas se iban a dar tan rápido”, reconoció Julio, quien junto a Joaquín se encargan concretamente de producción en la cocina.
Diamela, a cargo de las redes, gestión administrativa y de pedidos -entre otras cosas- hizo hincapié en que “lo importante es que el que nos compró, nos vuelve a comprar”. Lo que intentan, en esos casos, es “ofrecerles una experiencia más personalizada” tomando como base pedidos anteriores, a dónde fue el envío, y elementos que sirvan para fidelizar los clientes.
Lo que viene
Las ventas, actualmente, se están canalizando mayormente por Instagram, y están desarrollando la comercialización mayorista.
En la idea original figuraba lanzar más opciones de platos. Actualmente, están en proceso de prueba antes de introducirlos al mercado. Esto se les demoró por la alta demanda que ya están teniendo y que los ha llevado al límite de la capacidad de producción.
Es por eso que entre los planes de Casa Appert figura adquirir equipamiento que les permita agilizar ciertos procesos, pero siempre manteniendo la identidad de una comida casera.
Así, pretenden seguir ampliando los puntos de venta y aspiran a contar con frízer propios en distintos lugares.
Algunos beneficios del envasado al vacío de alimentos: Extiende la vida útil de los productos alimenticios, mantiene la calidad de los alimentos, garantiza la conservación de los valores nutricionales, previene la formación de microorganismos, elimina la necesidad de usar conservantes, sella y mantiene los sabores de las comidas.