Desde su nacimiento en 2019, Indiana Bags ha logrado posicionarse como una marca de carteras y accesorios que se destaca por su atención a los detalles, sus precios accesibles y el compromiso con la calidad y comercialización.
A través de un proceso de evolución constante, este emprendimiento familiar ha logrado adaptarse a las demandas del mercado, expandiéndose tanto a nivel local como nacional.
De hecho, Indiana Bags surgió en un momento de crisis: Griselda Ramírez debió cerrar su negocio y junto a sus hijas buscaron una forma de solventar la economía familiar.
En diálogo con Mundo Empresas, Katerinne Racca contó la historia del emprendimiento, los desafíos que debieron sobrellevar y sus expectativas a futuro.
“Emprender no fue una opción”
“Emprender no fue una opción para nosotras, fue algo que tuvimos que hacer y sabíamos que nos tenía que ir bien”, dijo Katerinne, y agregó: “Mi mamá debió cerrar su despensa, yo estudio en Córdoba y necesitábamos generar un sustento”.
Al respecto, la estudiante de Ingeniería Industrial relató: “Un día estábamos en un negocio viendo cartucheras y mi mamá se dió cuenta que era un producto que podíamos hacer, así fue cómo empezamos”.
Durante su primer año, Indiana Bags se dedicó exclusivamente a la realización de cartucheras. “Fue muy progresivo el proceso de llegar a fabricar carteras y riñoneras, el pasar de telas simples a ecocuero y también invertir en máquinas especiales”, comentó Racca.
A su vez, las emprendedoras debieron afrontar otros desafíos. “El buscar proveedores de confianza, hacer cursos de moldería, luego crear nuestros propios moldes y encontrar los canales de venta para el público fueron aspectos a los que dedicamos mucho tiempo”, indicó.
“El público nos encuentra”
El proceso creativo en Indiana Bags es muy dinámico, adaptándose a las tendencias del momento y a las necesidades de sus clientes.
Cada temporada, la marca lanza colecciones especiales para diferentes festividades y eventos, como el Día de la Madre o el Día del Niño.
“Lo que más nos interesa es escuchar a nuestros clientes, ya que muchas veces son ellos quienes nos impulsan a crear nuevos productos”, explicó Racca
“De hecho, a veces el público nos encuentra a nosotras antes que nosotras a ellos. Así nos ha pasado con las bandoleras para hombres o riñoneras para niños, que nos las pidieron antes de tan sólo pensar en crearlas”, subrayó.
La marca también destaca por su capacidad para ofrecer productos tanto al por mayor como al por menor, lo que les permite llegar a distintos puntos del país: Río Negro, Santa Cruz y Chaco.
“Llegó un punto en que realizamos nuestro trabajo de manera automática, pero cuando nos paramos a pensar es muy loco hasta dónde llegan las carteras de Indiana”, enfatizó Katerinne.
En el plano local, las emprendedoras frecuentan la feria Nuestras Manos y mantienen puntos de retiro en Villa María y Nueva Córdoba.
Relación precio-calidad
Tras consultarle qué distingue a Indiana Bags de otras marcas de carteras y accesorios, Racca remarcó la relación precio-calidad que mantiene su negocio.
“Nuestros proveedores son los mismos con los que trabajan muchísimas marcas y después observamos productos con precios muy elevados, algo que no queremos para Indiana. Buscamos ofrecer modelos en tendencia o clásicos pero que sean accesibles, que nosotras mismas quisiéramos comprar”, afirmó.
En ese marco, la emprendedora resaltó: “Todos los modelos que realizamos son cosas que nosotras mismas usaríamos. Mi hermana y mi mamá apuntan a mujeres con estilos más clásicos y yo, en cambio, a lo juvenil con tachas, cierres y muchos detalles”.
Con proyección a futuro
Actualmente, el emprendimiento familiar produce entre 300 y 400 artículos mensuales. “Indiana nos permite llevar nuestra economía”, sostuvo Katerinne y continuó: “Estamos orgullosas de lo que hemos logrado, aprendimos un montón en todo el proceso, conocimos a mucha gente que nos apoyó, compañeros de ferias y clientes, algo increíble para nosotras”.
A medida que la marca sigue creciendo, sus fundadoras tienen planes de ampliar el equipo de trabajo y la producción, con la mirada puesta en consolidarse como una marca referente en el ámbito de la marroquinería.
“Somos parte del programa provincial Incubacor y tenemos la idea de contratar a más personas. Este año una de mis amigas se sumó al equipo de producción y otras dos son revendedoras en Nueva Córdoba”, contó Racca.
Y concluyó: “La idea es capacitar a más personas, incorporar maquinarias al taller y seguir creando productos que tengan la aceptación y el apoyo de muchas personas”.