Desde hace cinco años, un proyecto de Villa María se dedica a la producción y venta de huevos de “gallinas felices”.
Se trata de Puro Huevo, un emprendimiento que rescata la forma en que se manejaban las gallinas ancestralmente.
En la que a las aves se les permite acceder a zonas con pastos, realizar su comportamiento natural y, por ende, disminuir el estrés a las que son sometidas en los sistemas industriales de explotación, mejorando así el bienestar y disminuyendo la incidencia de enfermedades.
“Puro Huevo surgió con la idea de un amigo que me aconsejó tener gallinas como lo hacía mi abuelo, ya que cuento con disponibilidad de tierra. No me terminaba de decidir, hasta que un día vino a mi casa con tres gallinas bebés y así comenzó todo”, contó Alberto ‘Beto’ Arce, fundador del emprendimiento.
Fueron 20 gallinas las que formaron parte inicialmente del proyecto, pero hoy en día Puro Huevo cuenta con la producción de 220 aves.
“La estructura que tenemos actualmente es para esa cantidad de animales, no quiero ampliar más el número porque mi idea no es ser una industria de libre pastoreo, sino un emprendimiento familiar que busca atender las necesidades del barrio”, comentó Arce.
Beto -con la ayuda de su compañera María, y de sus amigos Manuel y Susana-, lleva adelante la producción de huevos que posteriormente son vendidos a pedido o en la Feria Franca y la Feria Agroecológica.
En ese sentido, el emprendedor precisó que tuvo que aprender sobre el proceso de crianza de gallinas.
“Desde que el ave nace hasta los seis meses es pura inversión porque no pone huevos, después su vida productiva va hasta los dos años y medio”, dijo Arce.
Agregó que, posteriormente, “la gallina empieza a poner menos huevos por lo que ya no es tan redituable mantener al animal”.
“Me ha costado mucho tener que desprenderme de las gallinas, por lo que muchas veces trato de regalarlas a campos o a amigos, o venderlas más baratas a otros espacios”, reconoció.
Gallinas Felices
Tras consultarle por el método de producción, Alberto distinguió el concepto de “Gallinas Felices”.
“Busca sacar a la gallina del sistema industrial que propone el 95% de la producción avícola del país y que mantiene como forma de producción el tener al animal en sistemas de baterías de jaula”, graficó.
“Son estructuras y galpones muy grandes, donde los animales viven hacinados y permanecen en jaulas del tamaño de una hoja A4. En cada jaula viven alrededor de cuatro gallinas que nunca tocan el piso siquiera y, para conseguir comida, sacan la cabeza y el cuello por pequeñas hendijas y terminan lastimándose”, aseveró Arce.
De igual manera, relató: “Hay estudios realizados por activistas que muestran que, en los dos años productivos de la gallina, el animal sufre de estrés crónico, depresión crónica, enfermedades y muchas aves mueren y conviven en ese espacio. Eso no es feliz”.
En contrapartida, “un animal criado a la vieja escuela, a la vieja usanza como es el campo, denota otras cosas en su comportamiento y en la calidad del huevo que produce”.
En ese marco, mencionó a Jairo Restrepo, ingeniero agrónomo con más de 35 años de experiencia que promueve la agricultura orgánica.
“Él propone no intervenir mucho, sino más bien tirar distintas semillas y que empiece a manifestarse un ecosistema propio. Así, las gallinas pueden interactuar con abejas, loras y distintos animales y bichos que se acercan al espacio”, contó.
“Asimismo, Restrepo habla de que, si vos no intervenís, las gallinas terminan actuando como deben hacerlo: al comenzar el día salen a la tierra y, cuando cae el sol, se guardan en una casilla rodante que es lo que tengo de dormidero y de ponedero. Yo simplemente tengo que ir a las ocho de la noche a cerrar la puerta para evitar predadores”, dijo Arce y afirmó: “Entonces, se habla de gallinas felices porque viven felices”.
La elección de consumir Puro Huevo
Al hablar de porqué las personas eligen consumir Puro Huevo, Arce distinguió dos aspectos: “En primer lugar, la gente sabe que trabajamos con el bienestar animal, de hecho, muchas personas quieren ir a buscar los huevos para poder ver a las gallinas”.
“Y, por otro lado, nos eligen por la calidad del huevo que brindamos. Si lo miramos con principios estéticos, no va a ser nunca lo mismo una mayonesa con un huevo de industria que con un huevo hecho en tierra firme, tiene un sabor más salvaje”, indicó.
A su vez, relató: “En un sistema de batería de jaulas, las gallinas solamente comen alimento balanceado y para sobrevivir en condiciones de hacinamiento necesitan de antibióticos y medicamentos, en cambio en el campo no se vacuna con nada y, si se requiere de algún procedimiento, se realiza con insumos naturales como azúcar, ajo o vinagre”.
“Mucha gente elige una alimentación saludable, nuestros clientes priorizan esto y se va dando también una amplitud de conocimiento. Tenemos dos tipos de clientes, los nuevos y los de siempre. A los nuevos les despertamos curiosidad y compartimos información y los de siempre cada vez se van actualizando más, nos traen ideas y nos comparten cosas”, precisó.
En miras de expansión
Arce también se refirió a su visión a futuro del proyecto.
Confió que le gustaría “expandirlo más, pero no desde mí, sino ser un eslabón más que aporte a esta causa; me gustaría que todos los que produzcan huevos lo hicieran de esta manera porque se puede”.
“Se trata de sacar al animal de una situación completamente insalubre y dejarlo en el campo, hoy tenemos monocultivos inacabables llenos de agroquímicos para que finalmente ese grano se vaya afuera y nosotros que consumimos huevo, consumimos el peor huevo”, apuntó.
Por otra parte, el emprendedor mencionó: “También, desde hace un año y medio estamos proyectando la crianza de pollos pastoriles junto a dos amigos, Manuel y Susana. Esto también busca consumir pollos que hayan sido criados desde el bienestar animal”.
“Es decir, los sacamos del sistema de hacinamiento industrial y los colocamos en espacios donde pueden pastorear esa parcela y, al concluir ese trabajo, lo vamos moviendo a otra y así sucesivamente. Esto contribuye además a mejorar la calidad del suelo y a abonarlo de manera natural”, puntualizó.
Finalmente, Alberto invitó a los ciudadanos a “sumarse a la agroecología en todo sentido”.
“Afortunadamente, en la Feria Franca compartimos espacios con productores agroecológicos que no solamente tienen que ver con el reino animal, sino que se dedican al cultivo de verduras y frutas agroecológicas, producen plantines de huerta agroecológica o realizan panificación agroecológica”, resaltó.
Esto, indicó, les permite tejer “una red que se amplíe cada vez más y que permita disminuir los precios de este tipo de productos, porque si más personas nos consumen vamos a poder lograr este objetivo”.
Y, a su vez, “a los productores agroecológicos nos dan más ganas de seguir produciendo; si bien hay muchos desafíos, creo que este es el camino”, concluyó Arce.