Con un avance del 94% a mediados de diciembre, la cosecha de trigo en la provincia de Córdoba está llegando a su fin. Los productores están más que satisfechos con los resultados de esta campaña, que marca un importante repunte tras varias temporadas complicadas.
Además, el cultivo de garbanzo también muestra un horizonte prometedor, con una producción que sería la más alta en los últimos cinco años, según las estadísticas de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
El trigo en cifras: una recuperación notable
Según la última proyección de la Bolsa cordobesa, la cosecha de trigo de la provincia se ubicaría en 2,3 millones de toneladas. Esto representa un aumento interanual del 51% respecto a los 1,5 millones de toneladas del ciclo anterior.
Aunque esta cifra es la mejor desde la campaña 2021/22, cuando se lograron 4,1 millones de toneladas, sigue estando 12% por debajo del promedio 2007-2024, un período en el que Córdoba se había consolidado como un actor clave en el volumen triguero nacional.
El rendimiento promedio en secano fue de 25,2 quintales por hectárea (qq/ha), un crecimiento del 25% en comparación con la campaña pasada. Los resultados varían según la región, con 17,1 qq/ha en el departamento Río Segundo y hasta 36,9 qq/ha en Marcos Juárez. Por su parte, los trigos bajo riego reportaron un rendimiento promedio simple de 55,3 qq/ha, superando las expectativas previas.
Un repunte en el garbanzo
El garbanzo también está cerrando una temporada excepcional. Hasta mediados de diciembre, la cosecha tenía un avance del 77%, con los lotes restantes en proceso de secado. La proyección es de 59.400 toneladas, un 92% más que en el ciclo anterior y el mejor registro desde 2019/20.
El éxito del garbanzo responde a una mayor área sembrada, que creció un 58% tras varias campañas de caída debido a condiciones climáticas y de mercado adversas. El rendimiento ponderado promedio alcanzó los 23,0 qq/ha, un 21% por encima del promedio histórico.
Factores clave para la cosecha
En el caso del trigo, las lluvias ocurridas durante etapas clave del ciclo favorecieron la recuperación tras varias temporadas marcadas por severas sequías invernales. En el garbanzo, las pérdidas fueron mínimas (1% del área sembrada), pese a las heladas iniciales y la sequía en el comienzo de la campaña. Además, la incidencia de la rabia (Ascochyta rabiei), una enfermedad que suele preocupar a los productores, fue casi nula.
Un balance positivo para los cultivos
Tanto el trigo como el garbanzo consolidan una campaña productiva que devuelve optimismo a los productores cordobeses. Con mejores rendimientos y condiciones sanitarias favorables, estos resultados refuerzan el papel de Córdoba como una provincia clave para el sector agroindustrial en Argentina.
Aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar los niveles promedio de producción históricos, las perspectivas son alentadoras para el futuro.