Azafrán Mediterráneo comenzó la siembra de su segundo ciclo productivo en Villa María y lo hizo con un salto significativo: multiplicó por cuatro la cantidad de metros lineales sembrados, pasando de 20 a 80 metros.
La firma, que nació en Villa General Belgrano y tiene más de 20 campos sucursales en el país, llegó a Villa María y Villa Nueva en 2024 de la mano de Pablo Martínez.
Este crecimiento fue impulsado por una mayor cantidad de personas que decidieron invertir en el modelo productivo que propone la empresa.
Según explicó Martínez, responsable de la sucursal local, en el primer ciclo participaron 38 clientes, mientras que en esta segunda etapa ya son 65 los inversores, provenientes de distintos puntos del país e incluso del exterior.

“El crecimiento es natural. No se trata de una plataforma de inversión sino de una producción real y tangible, donde cada cliente sabe exactamente dónde están ubicados sus bulbos y puede venir al campo a verlos”, explicó Martínez.
Modelo productivo sustentado en el boca a boca
Parte del modelo de negocios de Azafrán Mediterráneo se basa en la multiplicación de bulbos, un proceso que se lleva a cabo en la unidad productiva de Villa María.
Los bulbos no florecen en esta zona, sino que la floración se produce en los campos de las sierras, donde las condiciones climáticas son más adecuadas.
“La reproducción de bulbos en piletones nos permite controlar el cultivo: protegerlos de animales, regarlos en caso de sequía y evitar que se pudran cuando hay exceso de agua”, detalló el responsable local.
La trazabilidad y cercanía son aspectos valorados por los inversores, que pueden identificar físicamente su lote y participar del proceso, especialmente durante la cosecha.
Potencial productivo
Martínez destacó que el campo ubicado en Villa María tiene capacidad para seguir creciendo. Hoy se utilizan 80 metros lineales, pero hay espacio para extenderse hasta los 300 metros lineales.
“El potencial de Villa María es enorme. No solo por la ciudad, sino por su ubicación geográfica, cercana a zonas donde no hay otra unidad productiva similar”, sostuvo.

Inversores de distintos puntos
El modelo ha captado la atención de personas fuera de la región. Hay clientes de Buenos Aires, Rosario y hasta del exterior, lo que confirma el interés creciente por un esquema que combina producción agrícola con una inversión de capital tangible.
El proyecto sigue ganando terreno en la región y se posiciona como una alternativa productiva innovadora, que crece sin grandes campañas publicitarias, sino a partir de la experiencia directa de quienes ya forman parte del proceso.
Martínez contó que durante abril, quienes quieran sumarse pueden hacerlo para el presente ciclo productivo y, durante el año, se podrán sumar para lo que será el tercer ciclo productivo.