En 2021, la arquitecta Natalia Toledo y la ingeniera industrial Ana Moreno decidieron iniciar un proyecto experimental, casero y a pequeña escala de elaboración de ecocemento.
Consiste en la fabricación de un producto en base a cemento tradicional mezclado con escamas de PET reciclado (material plástico utilizado en envases y botellas), con el agregado de químicos y aditivos.
Toledo reside en Cruz del Eje y Moreno en Colonia Tirolesa y acaban de obtener el segundo puesto en el Concurso Ideas Emprendedoras 2023 organizado por el Ministerio de Industria, Comercio y Minería de Córdoba.
Esto le valió un premio de $440 mil que ayudará a sus mentoras a impulsar la iniciativa y el proyecto también resultó seleccionado en la Primera Cohorte de Incubacor sede noroeste de Córdoba.
Inversiones para crecer
Ecocemento Construcción Inclusiva, como nombraron a esta iniciativa, se destina a la construcción mixta y para la fabricación de ecoadoquines, ecoladrillos, losetas, ecoblocks, cargas de techo, ecomacetas, carpetas de nivelación y ecobancos para plazas.
Tiene una durabilidad de 100 años, tiempo que tarda el plástico en degradarse. Entre sus beneficios, el ecocemento es ecológico, liviano, dúctil, ignífugo, sísmicamente resistente y de costo más bajo que el cemento tradicional (casi 40 por ciento).
Lo presentan en una bolsa con formato de 50 kilos, aunque pesa 10 kilos menos por tratarse el ecocemento de un material más liviano.
En la actualidad, las emprendedoras fabrican 30 bolsas por mes y las venden a artesanos. Cada bolsa cuesta 1.850 pesos.
Las emprendedoras admiten que necesitan conseguir inversores para tener más producción. El objetivo es producir 300 bolsas de ecocemento por mes. Para eso deberán “incorporar recursos humanos”, comentaron.
“La intención es vender el producto en corralones, ferreterías, a otros clientes y ampliar el mercado, incluso para la construcción de viviendas ecosustentables”, señalaron Toledo y Moreno.