Los productores de cerveza artesanal de Villa María han pasado por meses duros y la llegada del calor y la temporada estival generan expectativas de recuperación.
La falta de insumos y la caída del consumo en general, son dos factores que han hecho que algunas fábricas cierren sus puertas y que otras “aguanten como sea” la llegada de la temporada de verano.
Mundo Empresas habló con dos referentes locales para conocer la situación, como son Ariel Airaldi de Pluma Negra y Lucas Riback, de Bialystok, también ambos miembros de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Villa María.
“Hoy estamos remándola”, resumió Riback sobre la situación actual, y comentó que incluso grandes marcas cerveceras a nivel nacional están achicándose porque “el consumo está caído, es un producto de segunda o tercera necesidad”.
Para Airaldi, “la cerveza artesanal se volvió casi un bien de lujo” y en un contexto económico que aprieta como el que viene atravesando el país, “entramos a competir con la cerveza industrial, cuando en realidad en un mercado más holgado no es competencia porque apuntamos a públicos totalmente distintos”.
Insumos y calidad
Una de las problemáticas que han afectado directamente a los productores de cerveza artesanal es la falta de insumos.
“La problemática de los insumos es por la dificultad para importar. Hasta el año pasado era imposible conseguir y hoy recién se está empezando a conseguir”, mencionó el titular de Bialystok.
En ese sentido, Airaldi complementó que esto genera un doble impacto: “Eso hace que los precios de los insumos suban muchísimo, y que cuando no conseguís, la calidad del producto final baje”
“Y el precio de lo industrial siempre se mantuvo muy por debajo. Por eso por ahí la lucha que tenemos que liderar nosotros es ser cada vez mejor y no resignar calidad culpa de la economía”, planteó Riback.
Cierres y expectativas
“En Villa María cerró una fábrica de cerveza artesanal que era la más antigua que tenía la ciudad, porque los números no le estaban dando”, reveló sobre el impacto que tiene la caída en el consumo y al aumento de los costos.
Con este panorama, las expectativas en la “temporada alta” del consumo de cerveza están puestas en poder recuperarse.
“Estamos todos ahí esperando que la temporada levante. El invierno fue muy frio, no ayudó en nada en la venta de cerveza. Hacía años que no se daban las temperaturas tan bajas que hizo y constante, y eso repercute un montón en la venta de cerveza, repercute en el bar, porque la gente no sale”, planteó Airaldi.
A esto, sumó que “en general las cervecerías más chicas nos planteamos continuar y llegar a la temporada”.
“Incluso creo que las más grandes, que pueden tener otra espalda, están esperando lo mismo, una temporada que levante y permita recuperarse”, agregó.
Eventos como aliados
Los eventos que se realizan a nivel local y regional se han convertido en grandes aliados de las cervecerías locales.
“Dependemos muchos de los eventos. Se volvieron parte importante y casi fundamental para la supervivencia de las cervecerías. Porque son muy grandes y comparables te diría con Villa General Belgrano para una cervecería chiquita”, comentó Riback.
“Además, en la ciudad han cerrado gran cantidad de canillas y eso se nota, tenés menos lugares donde ir a vencer la cerveza. En un evento a lo mejor vendés lo mismo en litros que vendés en un mes”, graficó Airaldi.
En ese sentido, fue una grata noticia el hecho de que el municipio de Villa Nueva haya anunciado la realización de la Fiesta de la Cerveza para noviembre, tras un 2023 donde no se llevó a cabo.
“Siempre es un evento que mueve y te da una entrada al verano con otras expectativas”, cerraron.