“En el ´97 con mi familia nos fundimos y tuvimos que buscar y juntar cosas en la basura para vender y comprar comida”.
La frase es del empresario que acaba de inaugurar la franquicia de Havanna más grande del país.
Carlos Johansen nació en Oriente, un pequeño pueblo al sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Eligió Villa María hace ya 25 años para asentarse, formar familia y crecer como empresario.
Acá trabajó y creó empresas. También invierte y apuesta. Particularmente, la última no pasó desapercibida.
Havanna es una de las firmas más reconocidas del país, tiene 500 franquicias de su modelo de café en distintas partes del mundo. Doscientos cincuenta de ellas en Argentina y la más grande en metros cuadrados es la que inauguró Johansen el día de su cumpleaños en Villa María.
¿Quién es y qué hace este empresario tecnológico?
¿Quién es Carlos Johansen?
Carlos Johansen tiene 50 años y una hija. Es CEO de Rojosoft, empresa de desarrollo de software; y de Advisers, consultora de negocios.
A esto, sumó Havanna tras una enorme inversión que se configura como una de las apuestas más importantes que se hicieron en la ciudad a nivel desembarco de franquicias.
Tiene 50 años. A los 36 empezó a estudiar abogacía y se recibió a los 40. Hizo una Maestría en Derecho Tributario y ahora está comenzando a cursar psicología.
Su vida empresarial está marcada por el crecimiento “lento pero constante”, producto de –aseveró- la formación permanente, la perseverancia y saber mirar sus orígenes.
“Mi primer trabajo en relación de dependencia fue a los 16 años en el pueblo, con autorización de mi padre. Era cadete de un acopio de cereales. Después trabajé de barman en la barra de un boliche y vendía diarios”, recordó a Mundo Empresas.
Esto, confesó, porque “vengo de una familia muy humilde”.
“Mi viejo tenía camión, pero en el año ´96, ´97, juntábamos cosas en basura para comprar comida. Nos agarró un ciclo de mala racha y nos fundimos. Habíamos comprado unas herramientas para sembrar campos, cayó piedra, no teníamos seguro, fuimos para atrás, nos endeudamos… no perdimos la casa y el camión porque tuvimos suerte”, narró.
Dejó Oriente para instalarse en Tres Arroyos (Buenos Aires) para estudiar Analista en Sistemas.
“No terminé la carrera, me faltaron algunas materias, pero me salió un trabajo en Villa María y decidí venirme”, amplió.
Era 1998, se sumó a una empresa tecnológica donde trabajó durante 7 años.
Cuando llegó a Villa María fue “solo con un bolso con la ropa y una radio a pilas, no tenía más nada”.
Su espíritu emprendedor lo llevó, a sus 31, a fundar Rojosoft.
“Había muchas cosas que no me dejaban pensar que eso podía ser para mi muchos años más. ¿Qué hago? Lo único que sabía hacer era esto, y decido largarme”, describió.
De empleado a empresario
Aquellas empresas que creó junto a sus dos socios, Cristian Rosa y German Caballero, hoy emplean 75 personas.
El software de Rojosoft nació con vertical al sector agroindustrial y fue diversificado al resto del mercado.
Tienen 260 clientes repartidos en 16 provincias y unos 20.000 usuarios de su producto.
Advisers “la fundamos en 2022 como un apéndice de Rojosoft” y con la misma participación societaria.
La firma se dedica al asesoramiento integral para mejorar la gestión de las empresas con consultoría de procesos, impositiva, legal, entre otras cosas.
En su paso de empleado a empresario, resumió que “solo trato de hacer en mis empresas lo que me gustaba cuando era empleado, y no caer en lo que no me gustaba, no sé si es eso parte del éxito”.
Lo que sí asoció al éxito son “muchas cuestiones que tienen que ver con la perseverancia el profesionalismo y la simpleza” y que “todo lo que hago, es bajo el paragua de la normativa legal”. con una fuerte impronta de formalidad, cumplimiento, fuerte código de ética y moral.
Al respecto, reflexionó: “No hay que olvidarse nunca de donde venís. Tenés que pensar en tu origen. Si hace 25 años juntaba cosas en la basura, no me tengo que olvidar de eso”.
Procesos reflexivos
Johansen aseguró que “tiene muchos procesos reflexivos y de análisis, tanto para atrás como para adelante”.
Apuesta a formarse en forma permanente y a incentivar a quienes se desempeñan en sus empresas a hacer lo mismo.
No solo por ser “curioso” y, sino también porque “siento que tengo que crecer intelectualmente”.
“Porque salí desde donde salí por mi conocimiento y mi capacidad intelectual, además de que me acompañó mucho el destino, la buena suerte”, dijo.
Actualmente, logró llegar a un equilibrio entre trabajo, familia y vida personal.
Algo que considera necesario: “Cuando nació Rojosoft, los primeros ocho, nueve años, fueron totalmente estresante. Laburábamos 15 horas, con mucha presión para llegar a pagar sueldos. Después de eso tomé la decisión de trabajar 5 horas por día y estudiar 3”.
Es por ello que hoy apaga el celular 1 hora todos los días para dormir la siesta. Entrena dos horas y estudia otras tantas.
“Trabajar menos te da más tiempo para pensar y definir estratégicamente cómo hacer crecer el negocio”, argumentó.
Havanna, su última gran apuesta
En noviembre de 2022 Carlos se sentó a tomar un café en un Havanna dentro de un shopping en Córdoba Capital.
La experiencia que tuvo allí, lo empujó a ir en búsqueda de concretar algo que era un anhelo: “Siempre quise tener un negocio de caja diaria. Dinámico. Algo diferente a lo que estaba acostumbrado”.
En sociedad con su mujer, Iliana Sonzini, un año más tarde estaba inaugurando la franquicia Havanna en Villa María.
“Si esto se sostiene en el tiempo, puede abrir el mercado a otras cosas que lleguen a la ciudad. Sino, quedará como un intento”, analizó al respecto.
Por la inversión y lo que significa la marca, se trata de una gran apuesta en su vida empresarial.
Cuando Johansen mira hacia adelante, no da precisiones de sus próximos objetivos o pasos.
Pero hay algo que tiene bien claro: “¿Si voy a parar?… No, me gusta aprovechar las oportunidades que se presentan”.