Cuando Florencia Cabella decidió dejar la carrera de Biología tras un año y medio de cursado en Córdoba, y pensó que inscribirse en pastelería podía ser una buena idea, lo hizo solo para probar ya que de pequeña disfrutaba mucho de ver programas de cocina en el extinto Utilísima y a su abuela cocinar también.
Pero lejos estaba en sus planes que hacer tortas se convirtiera en su trabajo. Sin embargo, hoy, a unos ocho años de aquella elección, Almond Pastelería Creativa es un éxito y sus creaciones son muy demandadas.
Desde Villa Nueva, se destaca y diferencia por sus llamativas y prolijas decoraciones y por saber interpretar a la perfección lo que sus clientes quieren. Además, más de 10200 personas siguen en su Instagram cada nueva creación que realiza. Hoy es su medio de vida y está feliz por ello.
Pero, en realidad, no es ahora cuando más está trabajando. El pico máximo lo alcanzó en 2018 cuando le estaba yendo muy bien y no rechazaba nada. Hasta que llegó un momento en el que logró hacer una pausa y se dio cuenta que eran tantas las horas que dedicaba y la presión que se autoimponía, que estaba dejando de disfrutar de su emprendimiento. Y decidió bajar una marcha.
Hoy, con el cálido equilibrio de hacer lo que la apasiona sin sucumbir en el intento, está joven de 28 años es una referencia en Villa María y Villa Nueva cuando de tortas se trata. Vende principalmente por redes sociales, y asegura que mucha gente que le compra por primera vez, se convierte en un cliente que vuelve.
“De a poco fui haciendo tortas para amigas y familiares, para ir probando. Pero nunca pensando que iba a crecer tanto o que me iba a dedicar a esto. Me fui haciendo cada vez más conocida y fui vendiendo cada vez más, y como me gustaba, decidí dedicarme de lleno a esto, debe haber sido en 2015”, recordó.
En ese momento, la cocina de la casa familiar era su lugar de trabajo, pero un año después -con ayuda de sus padres- pudo armarse un espacio totalmente equipado en 25 de mayo 1020 (Villa Nueva).
Con el paso del tiempo, además, se fue perfeccionando, realizando cursos y consiguió dominar la técnica de tortas forradas con bordes rectos “que es lo que hizo la diferencia y lo que más vendo”, más allá de que también se realiza otras cosas dulces como cupcakes, macarons y varias más.
“Me han querido comprar de otros lugares, recibo pedidos de donde te imagines. Hay veces que me escriben y veo números que no son de acá entonces les pregunto de donde son para aclararles que estoy en Villa Nueva”, enfatizó Florencia.
Desde hace un tiempo, sumó una faceta más a su emprendimiento, y son las clases personalizadas y grupales que realiza.
En agosto (jueves 26 y sábado 28), estará ofreciendo cursos en el cotillón Emepe -San Juan 742- y las inscripciones se podrán concretar contactando a Flor en su Instagram.
Cuando se la consulta sobre sus sueños y planes a futuro, la respuesta viene por ahí: “Estoy enfocada en dar clases y me gusta, hay un montón de personas que quieren aprender y no encuentran las herramientas. También hay mucha demanda de quienes ya se dedican a esto y están arrancando. Les he dado cursos a chicas que están en la secundaria y les gusta hacer tortas como pasatiempo y también a mujeres más grandes que han venido para aprender”.